El despertar de la mariposa, Mary E. Pearson. 302 p. Ed. Castillo, 2010 |
Jenna aparece entre confusión, y no es para menos. Lo que hay antes de ese
momento, en el que despertó de un largo estado de coma, fue un accidente del
que poco se habla, que cambió su mundo, como si el mundo en sí no estuviera
suficientemente cambiado a como lo conocemos ahora. Jenna comienza con muy poco
en la mente, sin una vida entera, con un cuerpo que no comprende, y al
parecer ni él la comprende a ella, con recuerdos anhelados y múltiples
represiones por parte de sus padres. Al menos de su mamá, porque su padre
trabaja al otro lado del país, de donde ellos se mudaron para la comodidad de
ella luego de su enfermedad. Lily, su abuela, le parece una mujer extraña,
aunque tan normal como cualquier otra. Y así comienza la historia de un
personaje confundido, que no sabe nada, y toma al lector del brazo para ir
escarbando juntos en esta misteriosa vida que se supone debe ser normal. Tan
normal como la vida en un futuro lejano, cabría esperar, puede correr. Y es que
en estos tiempos el mundo posee una corta población comparándola con la de
ahora (el tiempo del lector) gracias a una serie de terremotos, pero también, y
aún más importante, una seria crisis de enfermedades que no pudieron ser curadas
debido al poco cuidado que la humanidad ponía a la organización.
Aunque no fue lo que
esperaba, porque me dediqué a formar montones de teorías sobre lo que podía
ocurrir mientras leía, al igual que Jenna, mirando entre líneas, para
saber si algo escondía. Todo este misterio futurista es cosas seria,
considerando la naturalidad de su ficción. Es una muestra de los
sacrificios y decisiones que alguien puede tomar para proteger lo que quiere.
Demuestra a la
perfección reacciones completamente naturales sobre cómo se sentiría uno en el
lugar de Jenna, habiéndole ocurrido esto a causa de otros.
Esta nueva sociedad puede sonar algo alternativa y en equilibrio, a comparación
de aquellas en las que las cosas son aparentemente perfectas en un mundo
injusto. Y es verdad que no se habla directamente de ello, que no es uno de los
temas principales, pero entretiene. No pasaron muchas cosas que quería leer.
No se toca mucho el tema del amor, pero debo decir que algunas descripciones se
andan sin rodeos y sorprenden. Llena de detonantes, con ondas que pueden
resultar hasta conflictos filosóficos y éticos, como no debía faltar
en este conflicto sobre la identidad real, y puede que hasta espiritual, sobre
Jenna Fox.
Sobre estas ideas revolucionarias que funcionan pero van totalmente en contra de aquellos en quienes se practica.
Una historia de mente, libre y directa.
Si son seguidores de la distopía, no se la pueden perder.
La frase:
Nunca hice preguntas sobre el accidente. Algo me dijo que no lo hiciera. Tal vez fue el brillo en los ojos de mi madre. Tal vez fue la sonrisa forzada de mi padre. Tal vez fue algo en lo más profundo de mí que aún no logro nombrar. El accidente.
Como un título. Una señal de alto. Una pared. Se separa de lo que fui y de lo que seré. No puedo preguntar y ellos no dicen nada. Es un pacto en silencio. Quizá la única cosa en la que nos hemos puesto de acuerdo.
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