Yo entonces tenía treinta y siete años y me encontraba a bordo de un Boeing 747.Tras completarse el aterrizaje, se apagaron las señales de «Prohibido fumar» y por los altavoces del techo empezó a sonar una música ambiental. Era una interpretación ramplona de Norwegian Wood de los Beatles. La melodía me conmovió, como siempre. No. En realidad, me turbó; me produjo una emoción mucho más violenta que de costumbre."
Así inicia este increíble libro llamado Tokyo Blues (Norwegian Wood) de -mi escritor favorito, que tal vez vean mucho por aquí- Haruki Murakami. Este fue el primer libro que leí de este escritor, y déjenme decirles que quede fascinada. Es uno de esos libros que simplemente pasas hoja tras hoja sin pensarlo; y ya cuando te has dado cuenta lo has terminado.
Puede que no sea uno de sus mejores libros, pero si nunca han leído a este autor, es un buen libro para conocerlo. Ya que tiene ese magnifico estilo que hace que sus historias sean de ficción pero no lo notes hasta al final del libro.
En pocas palabras la historia nos cuenta sobre la vida de Toru Watanabe en su regreso a Tokyo, su pasado doloroso con Naoko mientras también se cierra en un triangulo amoroso con Midori Kobayashi. Estos tres personajes son los principales en dar vida a esta historia. Mientras Toru ve que hacer con su vida, se reencuentra con su antigua novia Naoko, haciéndolo pasar por malos momentos, siendo egoísta se va y regresa de su vida como el sol cuando llega la noche. Ella mientras tanto con algunos problemas mentales va a un centro de rehabilitación, y Midori con su carácter social y alegre se dispone a ayudar a Toru.
Este libro tuvo tan buen recibimiento que hicieron una película japonesa con el mismo nombre, para aquellos que les intereso la historia pero no les gusta leer, pueden buscarla. En lo personal no la he visto por que no quiero decepcionarme.
En pocas palabras este libro lo odias o lo amas. No hay más.
Link de la pelicula
Frases favoritas del libro:
"No siento dolor. Únicamente el sonido hueco que acompaña cada patada. Pero también este eco se apagará algún día".
"Ella seguía buscando las palabras en el vacío".
"Siempre estuve hambrienta. Aunque sólo hubiera sido una vez, hubiera querido recibir amor a raudales. Hasta hartarme. Hasta poder decir: «Ya basta. Estoy llena. No puedo más»".
"No recuerdo haber vivido jamás una primavera tan amarga. Hubiera preferido vivir tres febreros seguidos".
"Eres muy bonita, Midori (...) Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque (...) Me gustas como un oso en primavera".
"Midori enmudeció durante largo tiempo. Aquel silencio recordaba todas las lluvias del mundo cayendo sobre la faz de la Tierra".
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