miércoles, 2 de octubre de 2013

La bestia (Beastly) – Alex Flinn

Kyle es un chico que lo tiene todo, y no miente, en teoría lo tiene todo, es guapo pero como, no me sorprende, lo que le falta es el cariño de su padre, un famoso presentador de noticias que no le presta mucha atención en nada.
Y si se preguntan cómo personas pueden dejar su vida y entregarse al trabajo yo tampoco tengo la respuesta, así que continuemos.
En medio de la rebelde aparición de Kendra, la chica fea en un instituto de gente rica y guapa, es como empezamos. Claro que en realidad es con un chat, motivo por el cual me lo he leído.
La cosa se pone interesante cuando Kyle ilusiona, si se puede llamar así, a Kendra, invitándola al baile del instituto. Él tiene planeado ir en realidad con Sloane, una chica Guapa. Y es así como sucede.

Viene el berrinche de Sloane por no conseguir la flor que le pidió, sino una rosa blanca. Que él tiene que regalar maltratada a una chica que vende los boletos en la entrada.
Ha guardado dos pétalos en su bolsillo, esos que se le han caído.
La noche se pone seria cuando Kendra aparece y le dice que no esperaba más de él.
Al regresar a su casa en medio de un ambiente de confusión sucede que ella, que resulta ser una bruja, aparece y le da un castigo, lo “maldice” volviéndolo una bestia. Bestial. Los dos pétalos que guardó antes en su bolsillo de la rosa blanca significan los dos años que tiene para romper la maldición, encontrar el amor de su vida, alguien que lo ame a pesar de su aspecto.
No se le van muchas esperanzas, pero eso es solo el principio.


Su padre intenta ayudarlo llevándolo con los mejores médicos y brujos de EU. Por supuesto que nada de eso funciona. Es aislado en una casa, edificio, de cinco pisos en el que vivirá con Magda, la sirviente de la casa anterior. 
Kendra le ha dado un espejo mágico en el que pude ver a cualquier persona que quiera. Con esto comienza la desesperada búsqueda de esa persona que diga amarlo y con un beso de verdadero afecto rompa la maldición y lo vuelva a su estado original.
En medio de esto comienza a pasar el tiempo al mismo ritmo que sus intentos se ven sin muchos buenos resultados. Comienza a sumirse en la lectura de personajes que fueron, como él, monstruos, que sufren y viven en el exilio.
Will es su tutor, ese que le pide a su padre una vez que se da cuenta que en realidad no parece quererlo mucho y su vida toma un sentido alejado de la banalidad.
Lamento decir esas palabras pero es curioso, *risas*
Will es ciego y por esa razón es el tutor perfecto, por eso sus amistades, las de Kyle, se reducen a la sirvienta, Magda y a su tutor, Will, sin contar al perro, claro.
Quién diría que plantar rosas de todos los colores y especies puede resultar una buena terapia para las bestias, me parece que en eso hay algo más que una comparación de la fealdad de la bestia con la belleza de las rosas.
En una de las muchas noches, Kyle, que ahora cambia de nombre y se hace llamar Adrian, por el significado del nombre, escucha como un hombre intenta robar en la casa, destruyendo una parte del techo de su invernadero de rosas.
Como trato para que lo deje ir y le devuelva sus drogas, el hombre le promete llevar a su hija como intercambio. Y es así como sucede.
Ella es Lindy. Una chica que en algún momento pasó horas viendo por el espejo mágico pero también aquella a la que le regaló una la rosa que Sloane rechazó antes de ser convertido.
Lindy se enoja mucho al ser llevada a ese lugar pero con el tiempo comprende la parte humana que hay en Adrian, Kyle. Porque él además de haber preparado su habitación mejor que nada, e encuentra perdidamente enamorado de ella, algo extraño para mi gusto.
Toman clases juntos y comienzan a vivir en armonía. Amigos que topan en lo cursi, no es que no me haya gustado eso, pero así es.
Luego de vivir un tiempo en Brooklyn deciden que sería bueno ir a tomar unas vacaciones de invierno en un lugar frio, donde puedan disfrutar un poco de su libertad y la nieve.
Es ahí donde él le muestra el espejo y ella pide ver a su padre, encontrándolo muy mal, tirado en la calle. Ella piensa que necesita su ayuda y es por eso que él le dice que es libre de marcharse en cualquier momento.
Y así lo hace. Prometiendo volver en primavera, cuando Adrian regrese al la casa de Brooklyn.

Justo en la última noche de plazo para romper la maldición de dos años sucede lo inesperado, si claro. ¿De qué otra forma esperaban que fuera?
Lindy se encuentra en problemas por culpa de su padre y él la escucha como respuesta a un grito que la llama por su nombre. 
En cuanto la escucha sale corriendo sin importar mostrarse a los humanos y lastimarlos sin querer.
La rescata de un hombre y enseguida de un triste disparo recibe el beso del verdadero amor, WoOo.
Regresa a su forma humana y… como terminan esos cuentos, Vivieron felices para siempre, porque el acelerado final me ha dejado confundido.

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